Cuentos, Sueños, Historias y Leyendas 0003

Amanita muscaria 

La dispersión de amanita muscaria

Durante la época de la conquista, existió en aquel apartado rincón del planeta, una bella doncella que estaba perdidamente enamorada de un príncipe del viejo mundo.

Lo conoció un día mientras caminaba por un abundante bosque, se quedó inmóvil ante tan maravillosa visión bajo un enorme pino. De pronto, él se acercó, y en su condición real despectivamente la miró. Ella al ver aquella expresión de indiferencia, sintió un dolor profundo en el corazón. Se sintió muy desdichada y pidió a Quetzalcoatl que le quitara la vida. Quetzalcoatl no podía conceder tal deseo, así que sólo decidió cambiar su apariencia, el príncipe reconociendo que aquella doncella era realmente bella y bondadosa, regresó al lugar donde la había visto, pero no la encontró. Miró alrededor y nada, algo en su interior le decía que mirara hacia abajo, cuando lo hizo encontró un hermoso hongo, tan bello, tan admirable, tan llamativo de color rojo que había visto en los labios de aquella mujer, instintivamente supo que se trataba de la misma, por desconocer su nombre lo llamó cariñosamente amanita muscaria. No pudiendo hacer más, lo tomó en sus manos y se marchó a su país natal Almería (punto 2), un paraíso perdido entre la sierra y el mar. Pero en su viaje no se dio cuenta que el hongo a quien bautizó como amanita muscaria iba tirando un maravilloso polvillo en su camino. El príncipe, al posar sus labios sobre el hongo para darle un beso, cayó muerto con el hongo en sus brazos.

De ese polvo han nacido los hijos de amanita y aquél príncipe. Es por eso que aparecen en todos los bosques bajo los enormes pinos cada mes de septiembre, con las primeras lluvias copiosas. Es por esto también, que aquellos hongos deben ser respetados y tratados con delicadeza. En la actualidad, forman parte principal de un escudo real de Almería